Resumen del fin de semana

Voy a hacer un resumen bien resumido: LA PASÉ GENIAL!!!!!!!!

Es fácil que el resultado sea ese cuando la venís pasando como el reverendo orto y te vas con cero expectativas, pero la cosa es que como la vez anterior, yéndome sola la pasé mucho mejor que otras veces que me fui acompañada.

El hotel era alucinante, tenía una habitación enorme en la que tenía lugar para bailar, todos los días me hacían la cama y me dejaban patos hechos con las toallas sobre ella. Es tan linda la vida glamorosa... Desde el primer día me hice amiga de dos chicos, hermanos ellos, y otra chica que había ido sola; todos parábamos en el mismo hotel. Andábamos los 4 en banda para todos lados. Hice cosas que acá jamás hago: Caminé como una yegua (no les puedo explicar como me duelen las piernas), me tiré por tirolesa (es como volar, que lindoooooo!) terminé de leer el libro que hace meses tenía colgado por falta de tiempo y hable, fui simpática y agradable con cuanta persona me crucé, salvo con una vieja rompe pelotas en Retiro. Comí mucho, salí todas las noche y casi todas terminé borracha; una borracha y drogada y la otra que no estaba ni borracha ni drogada terminé bailando como loca hasta las 6 de la mañana. Ahhh esa noche también me gané un trago en un concurso de baile.

Me divertí mucho y entre risas y caminatas los problemas, o mejor dicho, las cosas que me afectan acá, desaparecían por un rato y cuando volvían las podía ver, analizar y comprender de otra manera, desde otra óptica. Creo que esto de debe a que yo estaba de otra manera...

Para mi lo más lindo de viajar sola es conocer gente nueva. Cuando uno viaja solo y es medianamente sociable, termina cruzándose con gente que nada tiene que ver con uno, con una historia diferente a la propia pero que por algún manejo divino, terminamos compartiendo un momento en algún lugar lejos de casa. Lo más probable es que a esa gente no la vuelva a ver nunca más, pero siempre me dejan algo.

Una de las noches estábamos cenando los 4 viajeros y la charla entró a rondar en las historias amorosas de cada uno, las cuales, salvo la de Lucas que nunca en su vida había tenido una relación amorosa que realmente le importara, todas terminaban en fracasos. Darío, María y yo luego de contar nuestras respectivas penas amorosas entramos a divagar entre cómo nos gustaría que fuera nuestra próxima pareja, en qué nos gustaría que haga y deje de hacer y esas giladas que uno siempre piensa. En eso Lucas que nos miraba con cara rara que iba entre el asco y el asombro, cuando ya se hartó de escuchar tanto delirio junto nos para en seco y nos dice: “¿Uds. se dan cuenta lo que están haciendo? Están solos, no tienen miras de próxima pareja, pero ya están condicionando al próximo que aparezca a que sea de una determinada manera. Así es obvio que no les va a funcionar nunca nada. Dejen que la otra persona sea como es, mírenla y una vez que vean si les gusta o no cómo es de verdad, dicen si les interesa o no, pero no la condicionen de antes”

Cuanta razón que tiene... ¿cuántas veces nos enamoramos de lo que queremos o creemos que el otro es y no de lo que es en realidad y después morimos de dolor tratando de superar desilusiones?

Ven, estas son las cosas que aporta la gente nueva. Me dejó pensando mucho, por suerte ahora me voy a ver a mi locóloga así terminó de redondear ideas  :p